Se exhibe como segunda pieza del mes el Extensor donado al Museo por La Clínica de Otorrinolaringoscopía (calle Pasteur entre Avenida Córdoba y Viamonte - Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Este ingenioso instrumento
permitía estandarizar y optimizar, independizándose del operador, la técnica de
frotis utilizada particularmente en hematología.
Con la fórmula “Buen extendido
+ buena coloración = Correcta hematología” comienzan las dos hojas que
publicitan el Tira Frotis Semiautomático- Rhesus en la revista Acta
Bioquímica Clínica Latinoamericana Volumen 10 Nº 1 del año 1976, seguida
por las instrucciones ilustradas para su uso.
El extendido o frotis (proveniente
del verbo en latín frott(er), cuya traducción es frotar) es una preparación
delgada y transparente realizada sobre un cristal con un líquido espeso o tejido semilíquido
como por ejemplo sangre, médula ósea, secreciones y exudados. Habitualmente se
coloca la gota de muestra en el extremo de un portaobjeto y se extiende con
otro portaobjeto colocado en un ángulo de 30º a 45º.
Al colorearlo, aumenta el
contraste entre las estructuras celulares y el medio que las rodea, permitiendo
que las distintas células y sus características sean identificadas al
microscopio con mayor facilidad.
Siendo un apasionado por el
uso y combinación de varios colorantes, no resulta extraño que el pionero en
este método para visualizar el tejido sanguíneo fuese el médico y bacteriólogo
alemán Paul Ehrlich en 1879 mediante empleando una mezcla de colorantes ácidos
y básicos (fucsina y azul de metileno). Luego, en 1891 Ernst Malachowski y
Dimitry Leonidovich Romanowsky ensayaron diversas técnicas mezclando eosina y
azul de metileno modificado (tinción de Malachowski-Romanowsky-Giemsa). Ésta
última es la técnica precursora de la conocida tinción de May Grünwald-Giemsa
utilizada actualmente en extendidos de sangre y médula ósea.
Fuentes: hematologiaparaelresidente.blogspot.com/2013
http://medicina.usac.edu.gt/histologia
es.slideshare.net/pa47484/examen-de-extendidos-de-sangre-perifrica